
Sabemos lo que es el estrés ¿o no?
Sí claro que sí. Todos lo hemos experimentado en innumerables ocasiones. Pero, repito: ¿Sabemos lo que es el estrés?
¿y si te digo que hay un tipo de estrés “bueno” y uno “malo”?
Clásicamente se han distinguido dos tipos de respuestas fisiológicas ante el estrés, las cuales se han denominado: EUSTRÉS (estrés “bueno”) y DISTRÉS (estrés “malo”).
Tendemos a pensar en el estrés como una experiencia negativa
… llega una carta de hacienda…
… Tu pareja: <<tenemos que hablar>> …
… Regresas a casa de noche solo, parece que alguien te sigue…
… Sales de trabajar: recoger a los niños de la escuela, llegar a tiempo para su extraescolar, hacer la compra, recoger la ropa del tinte, ir al gimnasio, vuelta a recoger a los niños y llega a casa a tiempo para hacer la cena y acostarte a una hora decente…
No sé si alguno de estos ejemplos te puede sonar familiar, lo que sí es seguro es que conoces la sensación:
El corazón empieza a latir fuerte, se acelera la respiración, un sudor frío recorre tu cuerpo, hormigueos en pies y manos, boca seca e incluso puedes llegar a temblar.
Éstas son las típicas reacciones físicas ante una situación de estrés. Una situación de estrés percibida y experimentada negativamente. Pero tu cerebro tiene la capacidad de dar dos respuestas diferenciadas ante una situación estresante.
Veamos un ejemplo.
– Pablo ha de presentar si trabajo fin de máster pasado mañana ante un tribunal.
Pablo imagina que aparte de los 5 miembros del jurado habrá más personas, profesores, compañeros de clase, familiares, etc. A Pablo no le gusta hablar en público, siente miedo, piensa que puede cagarla y su respuesta fisiológica va acorde a su manera de evaluar la situación. Pablo tiene distrés. Además, Pablo invierte mucho tiempo en anticipar lo horrible que será la situación y todos los posibles escenarios en los que se puede dar el drama. Pablo también tiene ansiedad.
– Alicia es la siguiente en presentar su trabajo en la clase de Pablo, a dos días vista de este evento lógicamente está nerviosa. Sus nervios le sirven para levantarse cada mañana pronto motivada y sentarse a repasar su presentación con la ilusión de hacerlo lo mejor posible, pues le está dedicando mucho esfuerzo y está convencida de que saldrá victoriosa. Alicia tiene eustrés y no padece ansiedad, pero sus niveles de estrés son óptimos.
El estrés es un sistema de alerta de nuestro cuerpo. Es una herencia que recibimos de nuestros ancestros los cuales diariamente se veían expuestos a situaciones de estrés en las cuales la respuesta fisiológica resultaba muy útil.
– Tengo hambre / Voy a buscar alimento / ¡Ui, mira un león!
§ Opción A: Seguiré paseando tranquilamente y disfrutando del paisaje
§ Opción B: Respuesta fisiológica de estrés “Lucha/Huída”
Probablemente si todos nuestros antepasados hubieran seleccionado la opción A, la raza humana se hubiera extinguido.
A principios de siglo los dos psicólogos Robert Yerkes y John Dodsen explicaron a la comunidad científica cómo cada uno de nosotros tiene su propio “nivel óptimo” de estrés ante el que rinde mejor.
El estrés “bueno y malo” es una de las demostraciones más claras de la conexión mente-cuerpo y resulta imprescindible comprender qué ocurre fisiológicamente en nuestro cuerpo cuando sentimos estrés para poder darle solución desde nuestra mente.
Así pues, existen dos tipos de respuestas diferentes ante el estrés. Las vemos y entenderemos la lógica de su existencia.
Por un lado, está la que llamaremos
LA VÍA RÁPIDA
En términos médicos conocida como (SSA) Sistema Simpático Adrenomedular.
Este sistema de respuesta se activa ante estrés súbito y extremo
Por ejemplo: vemos un niño cruzando la calle en busca de su pelota y un coche se acerca velozmente
¡Necesitamos una respuesta rápida!
Su funcionamiento es el siguiente:
El hipotálamo activa la rama simpática de la médula espinal
Una señal estimula la glándula adrenal
Se libera ADRENALINA
La adrenalina aumenta el ritmo cardiaco, la respiración y los depósitos de energía.
Por otra parte está la
LA VÍA LENTA
En términos médicos conocida como (HHA) sistema Hipotalámico-Hipofisario-Adrenal)
Ante la presencia de un estresor que dura más de un minuto
Por ejemplo: La tensión experimentada de manera prolongada cuando un estudiante prepara exámenes
¡Necesitamos una acción más lenta y prolongada!
Su funcionamiento es el siguiente:
El hipotálamo libera CRH (factor liberador de corticotropina) en la glándula pituitaria, la cual libera ACTH (hormona corticotropa) que actúa en la glándula adrenal.
El cortex adrenal libera CORTISOL
El cortisol moviliza el cuerpo para lidiar con el estrés.
Una de las características del Sistema Neuroendocrino es que, a diferencia del Sistema Nervioso, no se dirige a partes específicas de nuestro cuerpo. La liberación de las hormonas se produce en el torrente sanguíneo y los órganos que las necesitan las extraen de aquí. De modo que implica a gran parte del cuerpo.
El cortisol regula muchas de nuestras funciones fisiológicas diarias y nos ayuda a adaptarnos a los cambios; sin embargo su disfunción se asocia con:
§ Pérdida de memoria
§ Depresión
§ Agotamiento
§ Psicosis
Este fenómeno es tan importante que incluso se estudia para predecir la salud en general y la capacidad de supervivencia ante el cáncer.
Los niveles de cortisol a lo largo del día en personas sanas tienen su pico máximo al levantarnos por la mañana, después los niveles van disminuyendo gradualmente a lo largo del día volviéndose a elevar después del sueño.
Este fenómeno se ve afectado negativamente por:
§ Estrés agudo
§ Patrones del sueño
§ Agenda laboral apretada
§ Cansancio
§ Trabajo a turnos
§ Dolor
§ Ruido nocturno
Y se ha demostrado que contribuyen a su buen funcionamiento:
§ Levantarse temprano
§ Exponerse a luz solar
§ Tener rutinas constantes
§ Realizar ejercicio regularmente
Echa un ojo atrás, en el cuadro en el que explico las dos vías. Fíjate en la Vía rápida.
¿Ves que he subrayado la palabra “Simpático”?
Es importante. Este sistema tiene una peculiaridad que nos ayudará a entender alguna consecuencia más del estrés.
El Sistema Simpático no puede funcionar a la vez que el Sistema Parasimpático. Si uno está activo, el otro no puede estarlo.
Si bien hemos dicho que ante estrés súbito el cuerpo activa el Sistema Simpático, es igual de importante entender que el Parasimpático se queda bloqueado.
Este sistema se encarga de procesos del cuerpo de larga duración, por ejemplo, la digestión.
¿Conclusión importante no?
<< Siempre que se activa el Sistema simpático es acosta de todos los procesos fisiológicos cotidianos que nos mantienen sanos>>.
Los niveles de Adrenalina y Cortisol deberían volver a su estado habitual en cuanto nos hayamos ajustado al cambio o dado respuesta al estresor; sin embargo no todos los estresores a los que nos enfrentamos nos permiten dar una solución rápida.
De este modo nuestro cuerpo entra en un estado de alerta mantenida responsable del coste que supone para nuestra salud a largo plazo.
Como hemos dicho antes, este sistema no implica únicamente a un órgano de modo que sus consecuencias pueden ser muy variadas:
– Afecta a nuestra respuesta inmune (disminuye la capacidad para hacer frente a infecciones)
– Diabetes
– Aumento de peso
– Enfermedades cardiovasculares
– Problemas de fertilidad
– Demencia
– Además se ve particularmente afectado el cerebro en desarrollo.
Embarazos particularmente estresantes elevan la probabilidad de tener hijos con TDA, retraso en el desarrollo cognitivo o problemas emocionales.
Muy bien, si has llegado hasta aquí ya sabes perfectamente el funcionamiento fisiológico del estrés, pero ¿y ahora como lo soluciono?
Felicidades porque el primer paso es conocer a tú enemigo y ya lo has hecho.
Te daré algún consejo más para que puedas gestionarlo:
· Como has visto, el estrés es un elemento frecuente en el día a día, es importante no atascarnos en el estado de alerta demasiado tiempo.
· Trata de experimentar los cambios como retos.
· Busca una perspectiva de la situación diferente que te permita motivarte.
· Replantéate la situación y busca nuevas alternativas.
· Acepta que no siempre puedes eliminar el estresor. En muchas ocasiones únicamente puedes tratar de reducir las manifestaciones físicas y cognitivas del estrés. Si necesitas más ayuda con esto, estaré encantada de atenderte.
· Y por último, responder a la llamada de “Lucha/Huída” con algo de ejercicio físico. La cantidad de adrenalina liberada en tu cuerpo te da una serie de recursos extra como para luchar contra un cocodrilo ¡sal y utiliza esa energía!